
Teherán resiste bajo fuego: miedo, escasez y abandono tras bombardeos israelíes
Por EDITOR Junio 18, 2025 569
Las calles vacías de Teherán, los comercios cerrados y las conexiones intermitentes pintan un cuadro desolador en la capital iraní, a días del inicio de los bombardeos israelíes dirigidos a desmantelar el programa nuclear y militar del país. Sin refugios públicos efectivos, cientos de civiles pasan las noches en estaciones del metro, intentando sobrevivir al estruendo que retumba sobre sus cabezas.
Tras eliminar buena parte de las defensas aéreas iraníes, Israel asegura tener control del espacio aéreo sobre Teherán. El presidente estadounidense, Donald Trump, instó a los casi 10 millones de habitantes de la ciudad a evacuar “de inmediato”.
Miles intentan huir en medio del caos vial, la falta de combustible y la incertidumbre. Mientras tanto, personas mayores, enfermos y familias sin recursos permanecen atrapadas en sus viviendas, sin alternativa real de escape. Los ataques han cobrado la vida de al menos 585 personas y herido a más de 1,300, según una organización de derechos humanos.
Con la prensa local silenciada y el acceso a internet restringido, los iraníes están desconectados del exterior. Muchos han perdido contacto con sus familias y desconocen si sus seres queridos lograron escapar. Algunos, como Shirin, sienten que cada llamada podría ser la última. “No sabemos si mañana estaremos vivos”, dijo.
En medio de la tensión, crecen las divisiones internas: hay quienes apoyan los ataques contra altos mandos del régimen, quienes defienden la República Islámica y otros que, aunque se oponen al gobierno, no quieren ver su nación arrasada por potencias extranjeras.
A pesar de que el Estado afirma haber habilitado mezquitas y escuelas como refugios, muchos permanecen cerrados o saturados. La sensación dominante es de abandono. La joven Arshia, de 22 años, relató que su barrio en Saadat Abad se ha convertido en un pueblo fantasma. Aún así, escapar le parece una ilusión: “No tenemos los recursos para irnos”.
Un refugiado afgano que vive en Irán optó por enviar a su familia lejos tras un bombardeo cercano, mientras él permanece en la ciudad. Otros, como los familiares de un investigador iraní-estadounidense, intentaron huir pero quedaron atrapados sin gasolina.
La desesperanza se expande como el humo tras los ataques. “Solo quiero que la gente recuerde que esto no es normal para nosotros”, expresó una joven que logró salir de Teherán. “La vida de las personas aquí vale tanto como la de cualquiera. ¿Cómo se sentirían si fuera su ciudad la que está siendo bombardeada?”