El próximo jueves, el presidente ruso, Vladimir Putin, realizará una visita a Beijing que marca el inicio de su nuevo mandato presidencial y destaca el respaldo de su aliado político clave, China, representado por su homólogo Xi Jinping. Aunque no se esperan acuerdos difíciles durante esta visita de dos días, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha confirmado que ambos líderes discutirán sobre temas de interés común, incluyendo asuntos regionales e internacionales.
A pesar de las presiones provenientes de Estados Unidos debido a la situación en Ucrania en 2022, esta visita resalta la relación "sin límites" entre Rusia y China, desafiando así las críticas occidentales. Si bien se anticipa que Putin tocará aspectos económicos durante sus encuentros en China, el principal énfasis de esta visita radica en el mensaje simbólico de solidaridad y apoyo mutuo frente a un orden mundial liderado por Estados Unidos.
Aunque China ha evitado hasta ahora proporcionar apoyo militar directo a Rusia en el conflicto en Ucrania, las relaciones económicas entre ambos países continúan fortaleciéndose, especialmente en el sector energético. Analistas están atentos a cómo China podría ampliar su apoyo a Rusia sin provocar reacciones negativas de Washington, lo que podría influir en la dinámica de esta visita.
Más allá de los aspectos económicos, la reunión entre Xi y Putin es crucial, ya que China es el único país importante que no ha aislado a Rusia en medio de la crisis en Ucrania. Esto subraya la importancia estratégica que ambos países otorgan a su alianza en el escenario geopolítico mundial.
Aunque persisten desafíos y limitaciones en la relación bilateral, como la desconfianza mutua y preocupaciones sobre el desequilibrio económico, esta visita refuerza la idea de una asociación estratégica entre dos potencias emergentes que desafían el orden internacional establecido.
