
La educación en México, un problema para el nearshoring
Por EDITOR Noviembre 6, 2023 136
El mundo está experimentando un cambio significativo en el tipo de educación que la mayoría de las personas en una sociedad nacional deben recibir. En el pasado, simplemente terminar la primaria era suficiente para obtener empleo; sin embargo, esto ya no es el caso en este siglo. Ahora se requiere una especialización técnica más profunda y un razonamiento sólido sobre el porqué de las cosas.
Muchos países han reconocido que la educación primaria y secundaria es fundamental, pero no suficiente para que una persona participe en una economía en crecimiento. Con la evolución tecnológica que se ha incorporado en todos los sectores donde la población económicamente activa (PEA) interactúa, los estudiantes de estos niveles deben cambiar la forma en que adquieren conocimientos. Durante muchas décadas, el énfasis ha estado en memorizar y aceptar la información proporcionada sin cuestionarla. Sin embargo, ahora es necesario que los estudiantes cuestionen todo para comprender cómo pueden aplicar lo que aprenden en su vida diaria y en el futuro.
Uno de los problemas principales en muchos países es la cantidad de recursos que se destinan anualmente por alumno para la educación primaria y secundaria. Según datos del Centro Nacional de Estadísticas Educativas, Luxemburgo tiene el gasto más alto en educación por estudiante, equivalente a aproximadamente 570 mil pesos, seguido por Estados Unidos con 340 mil, Canadá con 280 mil y México con 65 mil pesos. Las naciones han comprendido que la inversión debe ser mayor en estos niveles educativos.
En la actualidad, en México, hay 18.8 millones de personas en primaria y secundaria, pero 18.3 millones no tienen acceso a la educación de nivel bachillerato o superior. Muchas personas terminan su educación en secundaria y no pueden continuar debido a la percepción de una menor cantidad de ingresos para sus familias en el futuro. ¿De qué sirve tener una gran población con conocimientos básicos?
En México, el gasto en educación con respecto al Gasto Programado del Sector Público representaba alrededor del 18% del total hasta 2018 y ha experimentado una contracción del 3% en 2023. Esto indica que la educación no está siendo una prioridad. Recordemos que el 90% de los estudiantes están bajo la tutela de la educación pública.
Aproximadamente 61 millones de personas en México tienen acceso a la educación, pero solo el 54% está en las aulas. A largo plazo, esto resultará en desventajas para las personas frente al aumento de inversiones por el nearshoring, y ciertos puestos podrían ser cubiertos por personas extranjeras.
Al revisar los datos de matrícula en México desde 2010 hasta 2023, observamos que, según el INEGI, ha aumentado solo un 0.94%, mientras que el gasto en educación ha aumentado en un 81%. La pregunta que surge es: si ha habido un aumento en los recursos destinados a la educación, ¿por qué no ha aumentado la matrícula de estudiantes? La población ha crecido un 15% en este período, lo que significa que entre el 10% y el 14% de los nuevos nacidos no tendrán acceso a educación.
En los últimos 13 años, la matrícula en primaria ha disminuido en un 5%, pasando de 14.79 a 13.34 millones. Este descenso ha sido más pronunciado en el ciclo escolar 2015/2016. Esta tendencia se verá reflejada en el nivel de secundaria a mediano plazo y, a largo plazo, habrá menos personas en bachillerato y, por ende, en educación superior, mientras que estos dos últimos han experimentado un crecimiento del 3%.
En el corto plazo, nos encontraremos con un mayor número de personas dentro de la PEA debido al aumento de inversiones en el sector secundario. Esto significa que necesitamos un mayor número de personas que no solo completen la secundaria o el bachillerato, sino que también tengan habilidades técnicas o especializadas para fortalecer este sector. Si no se toman medidas, esto podría llevar a una mayor migración de personas que buscan empleos mejor remunerados en el extranjero en lugar de tener profesionales calificados en el país.
Además, se observa un aumento en el número de alumnos que no están matriculados. Esto se debe a la disminución de ingresos en los hogares, derivada de dos variables: los salarios no han aumentado en proporción al costo de vida y los miembros de las familias son contratados con salarios más bajos. Confirmadas estas variables, ya que el número de personas que ganan el salario mínimo ha aumentado significativamente, desde 8.59 millones en 2018 a aproximadamente 19.12 millones. Además, dentro de los afiliados al seguro social, aproximadamente 6 a 7 de cada 10 ganan hasta dos salarios mínimos. Esto significa que los estudiantes de secundaria y bachillerato se ven obligados a dejar de estudiar para trabajar y contribuir con mayores ingresos al hogar. Además, la emigración de miembros de la familia a otros países, principalmente Estados Unidos, lleva a que algún miembro de la familia deje de estudiar para poder contribuir económicamente al hogar, lo que afecta principalmente a los estudiantes de bachillerato.
La pregunta que debemos plantearnos es: ¿cómo pueden las personas mejorar su educación si no tienen el dinero para apoyar a sus hijos para que estudien y obtengan un mejor empleo? Muchos dependen de la educación pública, pero parece que esta no es lo suficientemente efectiva. La realidad es que, aunque algunos tienen la oportunidad de obtener educación superior, muchos optan por emigrar fuera de México debido a la falta de salarios adecuados que justifiquen la inversión realizada, y algunos prefieren invertir en educación privada.
El mayor problema que enfrentará México a partir de 2024, si se lleva a cabo el nearshoring según lo prometido por los inversionistas, es la falta de profesionales que puedan contribuir a sectores como producción, energía, minería, construcción o manufactura. Este sector necesita individuos que piensen en cómo mejorar los procesos utilizando tecnología, en lugar de simplemente seguir procedimientos. Cuanta más gente haya en este sector, mayor será la demanda de servicios que necesitarán ser cubiertos por el sector terciario, y a medida que aumente la demanda, el sector primario también deberá satisfacer las necesidades alimenticias de la PEA.
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