A decir verdad...

Por EDITOR Abril 10, 2025 127

Jugar con las palabras para evadir las verdades

Sofía Calvillo 

En tribuna, el senador Gerardo Fernández Noroña lanzó un reto a la ONU: “Que busquen una sola desaparición forzada en el gobierno de Claudia Sheinbaum”. No una desaparición. Una desaparición forzada. Porque, claro, si no hay fuerza, no hay problema. Si no es forzada, no existe. ¿De verdad ese es el nivel de debate de quienes dicen representar al pueblo?

 

Jugar con los tecnicismos mientras miles de madres buscan a sus hijos en fosas, cerros y desiertos, no solo es ruin: es una burla. Sí, hay una diferencia jurídica entre una desaparición y una desaparición forzada. Pero también hay una diferencia moral entre quien exige verdad y quien busca lavarse las manos. Y Noroña lo sabe. Sabe que no basta con decir que un gobierno no desaparece “a la fuerza” si, de todos modos, miles de personas siguen sin aparecer. Sabe que el horror no necesita una firma oficial para doler.

 

Porque si algo une al sexenio de López Obrador con el arranque del de Claudia Sheinbaum, es esta constante: las madres siguen buscando solas. Y no es una frase hecha. Las madres buscadoras se están haciendo cargo de un trabajo que le corresponde a las fiscalías. Son ellas las que localizan fosas, las que peinan terrenos, las que arriesgan la vida. Y cuando reportan hallazgos, ¿qué hace el Estado? Desacredita. Resta. Ignora.

 

Ahí está el caso de Teuchitlán, Jalisco, donde aseguran que hay un crematorio clandestino. Pero el gobierno lo niega. Lo minimiza. Porque reconocerlo implicaría aceptar que el crimen organizado no solo sigue ahí, sino que avanza. Porque admitirlo sería complicado justo ahora, cuando México quiere lucir “estable” frente al gobierno de Donald Trump, para evitar nuevos aranceles, nuevas presiones, nuevos chantajes.

 

En Sonora, las madres buscadoras han reportado restos humanos por montones. ¿Y qué ha hecho el Estado? Callar. Como si el silencio pudiera enterrar lo que ya está enterrado. Como si la omisión fuera menos grave que la acción directa.

 

Por eso urge preguntar: ¿cuál es el compromiso real de este gobierno con las madres buscadoras? ¿Dónde está la voluntad política? ¿Dónde la empatía? Porque la responsabilidad ya la tienen: son el Estado. Pero el compromiso sigue siendo deuda. Y cada vez es más evidente que no basta con decir que no hay “desapariciones forzadas” si hay miles de desaparecidos sin justicia. Y que no hay nada más bajo que usar los tecnicismos como escudo mientras las madres usan las manos para escarbar la tierra.

Compartir

EDITOR

Editor Ver noticias del autor

EDITOR

Editor Ver noticias del autor

Navegación

  • Nacional
  • En los tiempos de la radio
  • Entrevistas
  • Internacional
  • Deportes
  • Columnas invitadas
  • Finanzas
  • Atrapados en las Redes
  • Columnas Político Financieras
  • Principales medios
storymapping
  • AngularJS
  • ReactJS
  • Browserify