
Y mientras el COVID continúa, ¿Qué pasa con el sargazo?
Por EDITOR Octubre 3, 2021 207
Desde hace varios años la cantidad de algas marinas en todo el Caribe se ha disparado en los mares, playas y costas de la región; trayendo grandes afectaciones ambientales, sanitarias, turísticas y económicas.
Las costas mexicanas son especialmente vulnerables a este fenómeno debido a las corrientes oceánicas en el Mar Caribe. Desde marzo y tan solo en el estado de Quintana Roo, los marinos han retirado más de 37,000 toneladas de la planta acuática.
Al arribar a las playas, esta alga mejor conocida como sargazo, se torna de un color café marrón oscuro que además emite un olor fétido sumamente desagradable tanto para los turistas como para los mismos residentes del lugar. El sargazo además trae insectos y convierte las tan hermosas aguas turquesas del caribe en un lugar desagradable y nada atractivo para nadar.
Desde que se comenzó a presentar este fenómeno, científicos de todo el mundo se han sumergido al tema sin tener actualmente una explicación concreta de la formación de estas algas. Diversas teorías y factores son los presentados por los estudiosos, quienes lo asocian con el cambio climático y la contaminación del agua, e incluso algunos piensan que el polvo que sopla desde el desierto del Sahara y la misma deforestación del Amazonas son factores que han propiciado estos cambios.
Una publicación reciente de la revista Nature Communications señala que los ríos más grandes, incluido el Amazonas, están bombeando las aguas residuales humanas y los escurrimientos agrícolas a los océanos, generando así, que dichos nutrientes fertilicen el sargazo.
En tanto, gobierno, sector privado y habitantes de las zonas afectadas, buscan soluciones que vayan más allá del levantamiento o entierro de las algas. Empresarios y emprendedores están planteando otras alternativas y por supuesto no queda fuera la opción de monetizar dicho desecho; por lo que experimentan con productos a base sargazo, incluido alimento para animales, combustible, o material de construcción, como los “ladrillos sargaceros”, que, horneados al sol, permiten construir una casa un 60 por ciento más barata que si se usaran los tradicionales bloques de cemento.
Por otra parte, hay quienes trabajan en la extracción de las sustancias de estas algas, a fin de darles una aplicación farmacéutica, médica y alimentaria.
Citando un ejemplo más, en Barbados, la Universidad de las Indias Occidentales trabaja en el destilando de sargazo junto con los desechos de una destilería de ron, con el objetivo de producir metano, y convertirlo posteriormente en gas natural comprimido para impulsar el transporte en la isla.
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