Ucrania, entregada a los lobos

Por EDITOR Febrero 28, 2025 28

El intercambio entre los presidentes  Volodímir Zelenski, Donald Trump y el vicepresidente J. D. Vance en la Casa Blanca ha marcado un punto de quiebre en el orden internacional. 

El viraje de Estados Unidos bajo la administración de Trump no solo significa un distanciamiento de Europa, sino, un repliegue que deja a Ucrania en un estado de absoluto desamparo ante la amenaza rusa. 

Lo que se evidenció en ese encuentro no fue solo una negociación tensa, sino la brutal constatación de que Washington ha dejado de ser el pilar de seguridad en el continente.

Para Vladimir Putin, este escenario es una victoria absoluta. Su mayor adversario, Estados Unidos, ya no solo se retira del juego, sino que lo hace con una disposición que parece favorecer sus intereses. 

Trump ha mostrado una indiferencia alarmante ante el destino de Ucrania y, peor aún, un tono de hostilidad hacia sus aliados europeos. Con el pretexto de exigir reciprocidad por el esfuerzo pasado, el nuevo liderazgo estadounidense se inclina más hacia el chantaje que hacia la colaboración.

Las señales han sido evidentes: la renuencia de Trump a garantizar el apoyo militar a Ucrania, su discurso de desdén hacia la OTAN y su alineamiento con los sectores ultranacionalistas europeos. 

Estados Unidos ya no está interesado en salvaguardar la seguridad de Europa, sino en extraer beneficios bajo una lógica de dominación económica y política. En este nuevo escenario, el mensaje para Kiev es aterrador: la única salida posible es una rendición impuesta por Moscú con el beneplácito de la Casa Blanca.

Pero el impacto trasciende a Ucrania. Europa enfrenta el desafío de sobrevivir en un mundo donde las grandes potencias actúan sin escrúpulos en la defensa de sus intereses. 

La advertencia está clara: el continente debe redefinir su papel en la geopolítica global o resignarse a ser un simple peón en el juego de las potencias imperialistas. La nueva era ha llegado, y no hay tiempo para la ingenuidad.