Este martes, los aspirantes a la nominación presidencial republicana se enfrentarán en la segunda contienda de su proceso de nominación en New Hampshire, marcando un evento clave en la carrera hacia las elecciones generales de noviembre. Mientras tanto, los demócratas también compiten en este estado en una batalla que se espera sea menos competitiva.
La batalla republicana se reduce a dos candidatos principales: el expresidente Donald Trump y la exembajadora de la ONU Nikki Haley. La retirada del gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha dejado a Trump y Haley como los contendientes principales en esta etapa.
Las primarias de New Hampshire se producen ocho días después de las asambleas electorales republicanas en Iowa, donde Trump dominó con una victoria significativa. En esta etapa, Haley busca demostrar la viabilidad de su candidatura, especialmente después de la victoria de Trump en Iowa. Se espera que Trump mantenga un liderazgo sólido en las encuestas, pero Haley busca consolidar su posición como la alternativa principal.
En la contienda demócrata, la situación es menos disputada, con el representante estadounidense Dean Phillips de Minnesota y la gurú de la autoayuda Marianne Williamson como los principales candidatos en la boleta. Aunque el presidente demócrata Joe Biden no figura en la boleta debido a una disputa sobre la fecha de las primarias, su presencia se siente a través de sus seguidores que han lanzado una campaña por escrito en su nombre.
La importancia de New Hampshire radica en su posición temprana en el calendario electoral y su tradicional influencia en el proceso de nominación. Del lado republicano, una victoria o un fuerte desempeño de Haley podría cambiar la dinámica de la contienda, mientras que en el lado demócrata, estas primarias sirven como un barómetro del apoyo a los candidatos en carrera.
En el campo republicano, según el sitio web de encuestas y análisis 538, Trump lidera con casi el 50% de los probables votantes primarios, mientras que Haley ocupa el segundo lugar con cerca del 37% de apoyo. New Hampshire, conocido por su estilo de republicanismo relativamente moderado, permite la participación de votantes no registrados en ningún partido, lo que puede beneficiar a candidatos percibidos como centristas, como Haley.
La batalla en New Hampshire es crucial para la estrategia de ambos partidos de cara a las elecciones generales. Los resultados ayudarán a definir la narrativa y el impulso de los candidatos mientras avanzan en la contienda presidencial de 2024.
