El lunes, Rusia acusó a Ucrania de poner en peligro la seguridad nuclear europea al atacar la central nuclear de Zaporizhzhia, controlada por Rusia, con un dron que fue derribado sobre un reactor. Ucrania, por su parte, ha negado estar detrás de estos ataques.
La planta, administrada por una unidad de la corporación nuclear estatal rusa Rosatom, reportó que las fuerzas armadas ucranianas habían atacado con un "dron kamikaze" el lunes, el cual fue derribado sobre el techo del reactor número 6. Yuri Chernichuk, director de la central nuclear en Rusia, expresó a Reuters: "Es peligroso, peligroso para la estación, peligroso para el territorio circundante y potencialmente peligroso para toda la humanidad".
Rosatom afirmó que Ucrania atacó la planta tres veces el domingo con drones, impactando áreas como una cantina y la cúpula sobre el reactor número 6. El Kremlin calificó estos ataques como "muy peligrosos" con "consecuencias potenciales extremadamente graves".
Sin embargo, un funcionario de inteligencia ucraniano negó la participación de Kiev en los ataques, sugiriendo que podrían ser obra de los propios rusos.
La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó tres ataques con drones el domingo, sin atribuir directamente la responsabilidad. Rafael Grossi, director general de la OIEA, declaró: "Esta es una importante escalada de los peligros para la seguridad nuclear que enfrenta la central nuclear de Zaporizhzhia. Estos ataques imprudentes aumentan significativamente el riesgo de un accidente nuclear importante y deben cesar de inmediato".
La central nuclear de Zaporizhzhia alberga seis reactores VVER-1000 V-320 de diseño soviético, refrigerados y moderados por agua, que contienen uranio 235. Desde que las fuerzas rusas tomaron el control de la planta en 2022 tras la invasión a gran escala de Ucrania, tanto Moscú como Kiev han sido acusados repetidamente de poner en peligro la seguridad nuclear al atacar la planta.
Hasta el momento, la OIEA no ha comentado públicamente sobre el ataque del lunes, mientras que Reuters no pudo verificar de inmediato las cuentas del campo de batalla de ninguno de los lados.
El temor a un accidente nuclear sigue en aumento, y las llamadas a detener estos ataques se vuelven más urgentes en medio de la tensión creciente entre Rusia y Ucrania.