El jueves, los líderes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, prometieron una "nueva era" de asociación estratégica, subrayando su oposición a la hegemonía global de Estados Unidos, a la que culpan de sembrar el caos mundial. La declaración conjunta fue realizada en una ceremonia solemne en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, marcando una alianza fortalecida entre las dos potencias rivales de Estados Unidos.

Xi Jinping recibió a Putin con una alfombra roja, escoltado por soldados del Ejército Popular de Liberación y una salva de 21 disparos en la Plaza de Tiananmen, mientras niños ondeaban banderas de China y Rusia. Esta visita subraya la profundización de los vínculos bilaterales que se declararon como una asociación "sin límites" en febrero de 2022, justo antes de que Putin ordenara la invasión de Ucrania.

Ambos líderes, de 70 y 71 años respectivamente, firmaron una declaración conjunta que destaca su oposición a la política de seguridad estadounidense y una visión compartida en temas como Taiwán, Ucrania y Corea del Norte, así como en la cooperación en tecnologías emergentes y finanzas nucleares pacíficas. Xi enfatizó la importancia de valorar y fomentar la relación sino-rusa, mientras que Putin destacó la oportunidad histórica de ambos países para impulsar cambios globales significativos.

La relación se ha intensificado en el contexto de la guerra de Rusia contra Ucrania y la presión de Estados Unidos sobre China. Ambos gobiernos han buscado presentar a Occidente como decadente y en declive, desafiando la supremacía estadounidense en múltiples frentes tecnológicos y militares. Sin embargo, también enfrentan desafíos internos, como la desaceleración económica en China y una OTAN revitalizada.

La declaración conjunta criticó a Estados Unidos por seguir una lógica de confrontación de bloques y priorizar la seguridad de "grupos estrechos" sobre la estabilidad regional, creando amenazas a la seguridad global. Asimismo, condenó las iniciativas occidentales para confiscar activos estatales, aludiendo a las medidas para redirigir activos rusos congelados en apoyo a Ucrania.

La visita de Putin a China se produce poco después del viaje del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a Beijing, el cual no parece haber afectado la relación entre Xi y Putin. Al elegir China para su primer viaje al extranjero desde su reelección, Putin demuestra la prioridad y la fortaleza de sus vínculos con Xi.

Putin expresó su gratitud a China por sus intentos de resolver la crisis en Ucrania, mientras que Xi reafirmó que una solución política es la "dirección correcta". Ambos países se oponen a un conflicto prolongado en Ucrania, según la declaración conjunta. Durante su visita de dos días, Putin y Xi discutieron la cooperación en diversos sectores, desde la energía nuclear hasta la fabricación de automóviles chinos en Rusia.

La profundización de los lazos entre China y Rusia se celebra en el contexto de los 75 años desde que la Unión Soviética reconoció la República Popular China. Este aniversario subraya la larga historia de cooperación entre ambas naciones, que ahora enfrentan unidas los desafíos de un orden global liderado por Estados Unidos.