Pensiones al estilo AMLO
Por EDITOR Enero 18, 2024 10
Por Eduardo López Chávez*
Reformar las pensiones sin entender el problema es una locura. No saber de dónde vendrán los recursos solo demuestra ignorancia y algo de estupidez.… Macra
En mi colaboración de esta semana, titulada "Pensiones electorales", hablé sobre el tema de la reforma a las pensiones desde el punto de vista electoral. Dejé claro que el gran temor surge por lo económico, pero también destacando que su uso es principalmente para obtener votos. Sin embargo, vamos a plantear un escenario específico.
Pensemos que de las reformas que presente el titular del Ejecutivo, la de las pensiones, sea aprobada. ¿Qué implicaría? ¿Es viable? ¿Mejoraría la situación de los ciudadanos al momento de retirarse? Veamos.
Para empezar, en palabras del propio jefe del Ejecutivo: “Para tranquilidad de empresarios y trabajadores, sobre todo de los empresarios, para que no los atemorice, el Gobierno va a asumir una parte considerable de este desequilibrio”. Desequilibrio que se origina porque, en la propuesta que hace el gobierno, los trabajadores incorporados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) recibirían una pensión del 100% del salario previo a jubilarse. Hasta aquí suena muy interesante la propuesta, sobre todo para los que están en el carril de la formalidad laboral. Sin embargo, el punto clave de esta propuesta radica en la forma en que se obtengan los recursos, y ahí surgen dos problemas.
Primero, el propio gobierno no tiene idea de cómo financiar la propuesta. Según se informó, apenas están haciendo el análisis financiero, ya que en realidad no saben cuál debería ser el porcentaje extra que tendrían que aportar. El motivo es muy sencillo: se habla del último sueldo de cotización, lo que genera que el cálculo varíe de forma importante a lo largo del tiempo. Además, si consideramos que se está hablando de un modelo prácticamente igual al que se tenía antes de la reforma de 1997, las aportaciones del gobierno tendrían que ser aproximadamente del 23% al 25%, lo cual es completamente inviable en términos financieros. Sobre todo si tenemos en cuenta que tan solo este año el 22% del presupuesto estará dirigido al pago de las pensiones.
Segundo, no queda claro cuál será el esquema bajo el cual se establezcan las pensiones de las empresas productivas del estado, como CFE o Pemex. Estas, dicho sea de paso, tienen un esquema muy diferente al resto. Tan solo el gasto promedio anual en pensiones per cápita de la CFE equivale a 6.6 veces el gasto promedio anual en pensiones del IMSS y 29 veces la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. Sobre estas últimas, tampoco queda claro si se modificarán las reglas de operación, ya que hoy en día, una persona podría obtener, además de la pensión del IMSS y/o del ISSSTE, la del bienestar. Esto provoca que el decil de mayores ingresos reciba 4.6 veces más recursos de pensiones que el decil de menores ingresos. Dado lo anterior, ¿es viable? La respuesta es no, con la información que contamos en este momento. Por supuesto, esta negativa podría cambiar conforme se dé a conocer la forma en que se pretende financiar el proyecto.
Lo anterior nos lleva a tratar de responder otra de las dudas que hay. ¿Qué implicaría? Muy sencillo, si implementar esta reforma requiere aumentar el gasto, entonces la respuesta es muy clara. Hay tres posibilidades: I) aumentar la recaudación vía mayores o nuevos impuestos, algo que, de acuerdo con la 4T, es impensable de hacer; II) generar nueva deuda que sea utilizada para cubrir ese gasto, algo que, de acuerdo con el discurso de la 4T, no es aceptable pero que en la realidad es uno de sus mecanismos preferidos (si han endeudado más al país, que no lo engañen, mi estimado lector); y III) redistribuir el gasto, quitándole recursos a diversas áreas para destinarlos a cubrir el nuevo gasto en pensiones. Esto nos lleva a la pregunta, ¿mejoraría la situación de los ciudadanos al momento de retirarse? La respuesta es no, dado que, al quitarle recursos a rubros como salud, educación, seguridad, turismo o infraestructura, la ganancia en la pensión de las personas se diluye en el gasto que tendrán que hacer para cubrir las deficiencias que el mismo gobierno estaría provocando.
En resumen, la reforma que pretenden hacer no es viable en los términos que hoy conocemos, y mucho me temo que en ningún otro término que ellos planteen. Por lo tanto, efectivamente, regresamos a mi postulado inicial: solo se trata de un tema electoral, lo cual es lamentable porque en verdad se requiere una reforma importante y, más que eso, se necesita que la sociedad en conjunto tome consciencia de lo que viene a futuro.
* El autor es asesor, consultor y conferencista en temas de economía, política, gobierno y empresa, director fundador del sitio El Comentario del Día, conductor titular del programa de análisis económico, político y social “Voces Universitarias” y catedrático en la Facultad de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana y en la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle.
Contacto y redes sociales: https://eduardolopezchavez.mx/redes