Soldados amotinados han asumido el control en Gabón, llevando a cabo la detención del presidente Ali Bongo Ondimba poco después de anunciarse su reelección tras las elecciones presidenciales.

El resultado electoral generó una serie de disparos en la capital, Libreville, al tiempo que un grupo de soldados uniformados anunciaron su asunción del mando por medio de la televisión estatal. La población ha salido a las calles para celebrar el fin del mandato de la familia Bongo, que se extendió por más de 55 años.

Ali Bongo, quien realizó un llamado de apoyo en un video desde su residencia, actualmente se encuentra bajo arresto domiciliario. Los soldados han proclamado su intención de "disolver todas las instituciones de la república". La empresa minera francesa Eramet ha decidido suspender sus operaciones en el país, priorizando la seguridad de su personal.

Este intento de golpe de Estado sigue a otros sucesos similares en la región, como el reciente ocurrido en Níger. Gabón, que forma parte de la OPEC y posee una producción diaria de petróleo considerable, se enfrenta a una situación incierta respecto a su futuro. Aunque los soldados amotinados han prometido respetar los compromisos nacionales e internacionales, la situación aún está en desarrollo.

Este golpe de Estado se inscribe en una serie de cambios políticos inestables en África, abarcando desde Sudán hasta Guinea-Bissau. La persistente pobreza, desigualdad y corrupción podrían aumentar la probabilidad de futuros golpes en la región. En medio de estos desafíos, la estabilidad política en África se encuentra en una encrucijada incierta.