"El juicio político" por: Anahí Benítez
Por EDITOR Febrero 10, 2021 21
Por: Anahí Benítez
Al pasar de las semanas, hemos visto las consecuencias de subestimar el poder de un actor político anti democrático y populista: Donald Trump llegó al poder en un país en donde una de las principales banderas desde su nacimiento y hasta nuestros días, es la democracia. Los padres fundadores de Estados Unidos, concibieron su nación bajo los preceptos de democracia y libertad. Una de las mayores preocupaciones de Alexander Hamilton, era que el voto popular pudiera caer en manos de un tirano y sí, sucedió lo impensable: llegó al poder un tirano, un líder anti democrático y populista, un hombre con poco o nulo sentido de empatía y cero respeto y confianza hacia las instituciones. Las razones de su llegada, ascenso y popularidad, son diversas y hasta pueden llegar a ser justificables. Lo que no tendrá justificación, será el asalto al capitolio realizado el pasado 6 de enero durante el primer intento de ceremonia de certificación del presidente Joe Biden y la Vicepresidenta Kamala Harris, en donde -desafortunadamente- hubo perdidas humanas que lamentar.
Si bien es cierto que no es la primera vez que el Congreso es asaltado, lo importante a resaltar aquí es que nunca había sido tomado en manos de propios ciudadanos estadounidenses, las amenazas siempre habían sido externas. La primera vez que se tiene registro fue en 1812 cuando las fuerzas británicas le prendieron fuego al Congreso -aún cuando estaba en construcción-. Durante 1915, un alemán estalló cartuchos de dinamita en el ala del Senado, sin perdidas que lamentar. En 1954, en nacionalismo puertoriqueño apareció en la Camara de Representantes, y mientras se flameaba la bandera de aquél país, se expresaba: “Libertad para Puerto Rico”. El último ataque al capitolio se registró en 1983, cuando en represalia de la intervención estadoundense el Libano y Granada, una persona hizo explotar el segundo piso del Senado.
Lo anterior, es para llamar la atención ya que es el resultado de una sociedad extremadamente polarizada, dolida y muy racista, y es que lo que pasó en el Congreso no tiene precedentes. Donald Trump se enfrentará a su segundo juicio politico, -el primer presidente en la historia de la Unión Americana que será enjuiciado dos veces- y las cartas están sobre la mesa, se necesaritarán 17 votos republicanos, sin embargo, no debemos olvidar que Trump aún sigue teniendo un gran apoyo dentro y fuera del Congreso: más de 70 millones de estadounidenses le refrendaron su confianza, parte de la ciudadanía sigue creyendo en un fraude electoral y peor aún, sigue confiando en cada palabra que el pronuncia, para muestra un botón: realizó una gran movilización y perpetruó un ataque al corazón de su propia nación. Enjuiciar a Trump no será sencillo, hay muchas lealtades escritas y no escritas con los Republicanos y romper esa lealtad, sería un costo muy alto que deberá de pagar quien se atreva a traicionarlo. Pero al final, si no se enjuicia, ¿seguirán ondeando las banderas de libertad y democracia? ¿Cómo verá el mundo a Estados Unidos? ¿Cómo ver a una nación que en cada oportunidad que tuvo, aprovechó y se metió en la política interna de cada país para implantar su modelo a seguir? En ocasiones, la política es incierta, en esta ocasión, la decisión está en manos de 17 mujeres y hombres.
> Las opiniones que los columnistas y colaboradores expresan en los artículos que aquí publicamos, son de su autoría personal, por lo tanto, de su completa responsabilidad y no necesariamente representan los puntos de vista del Periodista Oscar Mario Beteta o de su servicio informativo OMB Online.
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